Defensa de la vida
Son numerosos y diarios los casos en
América Latina y en el mundo. Y referirse al tema es necesario de vez en cuando
pues los prejuicios moralistas aunque inhumanos, persisten en sociedades
supuestamente democráticas, con gobiernos supuestamente laicos y supuestamente
de izquierda, sector ideológico supuestamente a la vanguardia en aspectos como
la libertad de decisión en lo que concierne a la vida privada.
Unos pocos ejemplos ilustran el tema. En Paraná, Argentina, Mónica,
una mujer pobre de 36 años, con un hijo de 13 y un cuadro grave de patología
cardíaca congénita que le ocasiona deficiencia de oxígeno, quedó embarazada. Se
le prescribió un aborto terapéutico a las 19 semanas, por alto riesgo en el
parto. Asunto legal en Argentina. Pero un médico se opuso, amenazó a sus
colegas con denunciarlos y el aborto no se efectuó. A las 32 semanas Mónica dio
a luz por cesárea pero sufrió un accidente cardiovascular que la ha dejado
paralizada del brazo y la pierna izquierda. Pudo perder la vida, a la que tiene
derecho, pero ha quedado injustamente limitada. No podrá atender a la criatura
ni a sus demás obligaciones familiares.
En Nicaragua, donde se imponen los criterios moralistas de Presidente
y Primera Dama, en colusión con la Iglesia, un desconocido violó a una niña de
12 años, ocasionándole desgarros vaginales. Estuvo en el hospital con
convulsiones y tuvo que ser intervenida quirúrgicamente por un proceso de
sepsis. No fue posible practicarle un aborto porque lo impiden las leyes de un
país en donde Gobierno e Iglesia “protegen la vida desde la concepción”. Aunque
la concepción haya sido violenta y forzada. ¿Quién protege la vida de la niña
violada y embarazada contra su voluntad? Porque los Ortega y la Iglesia, no.
En Colombia, Yolanda quedó embarazada por cuarta vez pero el feto
presentaba anencefalia, que impide el desarrollo cerebral. Solicitó aborto
terapéutico, al que tiene derecho legal, pero el medico adujo objeción de
conciencia (¡!). Acudió a la Corte Constitucional, que dio su aprobación cuando
ya tenía 32 semanas. Le hicieron cesárea de urgencia y el bebé, sin
posibilidades de desarrollo cerebral, falleció a los cinco minutos. Por fortuna
para él y para sus padres. Y para vergüenza del moralista y concienzudo (¿?) médico
“provida”.
Ana padece del Síndrome de Pradder Willy que limita su capacidad
mental a la de una niña de 4 años. Quedó embarazada y no fue posible demostrar
violación, lo cual debió de ocurrir dado su estado de indefensión mental y
física. Los jueces negaron a su madre un Recurso de Amparo que le hubiera
permitido un aborto, y ahora está convertida, con 4 años de edad mental, en la
madre forzada de un hijo que no podrá cuidar porque ni siquiera puede valerse
por sí misma. En Ecuador el aborto sólo se permite cuando exista violación a
una mujer deficiente mental. Menos del 1 por mil de las mujeres puede exhibir
“idiotez” para que un embarazo forzado sea interrumpido. ¿Las que no son
idiotas no tienen derecho a una vida digna sin cargas familiares ocasionadas
con violencia?
Coletilla: En Democracia, ningún gobernante, funcionario o dignatario
religioso tiene derecho a interferir en la libre decisión de una mujer, de tener
o no tener un hijo producto de violación o cuyo nacimiento ponga en peligro su
vida o cuya existencia vaya a transcurrir en condiciones mentales infames. En
un estado Democrático y Laico no se gobierna con la Biblia ni con el Catecismo:
se gobierna con la Constitución. Hay que
defender la vida: la que es, no la posible o la indigna.
el
papa actual es jesuita, sinonimo de preparacion rigurosa y logica, de muchos
años, por eso han alcanzado fama, respetados y envidiados, con paginas
terribles y tambien luminosas en campos tan diversos como la filosofia,
ciencias, deporte(tienen un campeon de raillies), etc., etc.; sus analisis
sociales los han llevado a la defensa de las causas mas nobles, sacrificando
incluso sus vidas por ello(incluso con armas en las manos); me llama la
atencion la poca difusion de los solidos argumentos del reverendo jesuita de
segundo apellido clavel(profesor de bioetica en la universidad santa sofia de
tokio), que enseña la necesidad del aborto en casos bien definidos en
tiempo(solo hay ser humano a las 12 semanas de concepcion), legalidad,
legitimidad, y humanidad, ademas de moralidad; su santidad debe pronunciarse
urgentemente para bien de la iglesia, y la comunidad cristiana o no, caso
contrario, sus cimientos cederan.
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