domingo, 31 de mayo de 2015

INQUIETUDES…

¿Es la riqueza producto exclusivo del esfuerzo de una persona, familia, grupo inversionista o sociedad que invierte para obtener utilidades y maneja o confía la administración a un pequeño grupo de grandes ejecutivos que ganan, casi siempre, salarios de alta gama?  

No se trata solamente de que obreros, empleados, trabajadores medios o de la base ganen, casi sin excepción en el planeta, salarios exiguos en comparación con los de tales ejecutivos, y también muy inferiores en términos y relativos al nivel de utilidades que las empresas reparten a sus socios y accionistas, aunque no trabajen en ellas. Esa es una realidad del mundo capitalista: eliminar o reducir costos. Y esa eliminación o reducción, casi siempre se refiere a los trabajadores comunes y a sus salarios: esos salarios son considerados un Costo de Producción, no un Factor de Producción o de Productividad. SON UN COSTO. Y los costos hay que reducirlos para que la rentabilidad sea mayor.

Eso ya entraña terrible injusticia, desequilibrio económico de graves consecuencias para la vida del trabajador. Pero esa manera de minimizar costos a costa de los trabajadores de base, siendo injusta y desigual, no es lo único perverso e inmoral ni lo único que favorece la Creación de Riqueza y su acumulación en pocas manos.

Vuelvo a la pregunta inicial, ampliada: ¿Es la riqueza producto exclusivo del esfuerzo accionario y de la inversión de capital por parte de unos pocos, y del esfuerzo laboral mal pagado de muchos trabajadores no accionistas ni inversionistas sino empleados y obreros? ¿No hay otros factores para el enriquecimiento, la acumulación de capital y la concentración de la riqueza en esas pocas manos? Es decir, para decirlo con Adam Smith, ¿son El Capital, el Trabajo (mal pagado, generador de cuantiosa plusvalía), y la Propiedad, siempre en manos del inversor o del capitalista, nunca en poder del trabajador asalariado, los únicos medios de Producción y de Productividad?

No lo son. Las empresas capitalistas disfrutan y explotan al máximo, casi nunca con la responsabilidad que deberían llevar aparejada esa explotación y ese disfrute, de otros Factores Productivos: El Medio ambiente, los Recursos Naturales de una nación o de una región, los Recursos Humanos, no solamente los derivados del esfuerzo laboral sino los que provienen de la Educación, la Salud, la disposición de trabajar de esa fuerza laboral, disposición que se debe mucho más a la necesidad de un salario que a la satisfacción moral y física que sienta el trabajador de laborar en tal o cual empresa.

Una encuesta mundial exacta y precisa del nivel de satisfacción en su trabajo y en la capacidad de su salario para satisfacer sus necesidades básicas (no de sus demandas adicionales que es imposible), de todo trabajador del mundo capitalista, arrojaría resultados no sólo deprimentes sino motivadores de un Gran Acto de Contrición por parte de los Empleadores, o de una Revolución Mundial trabajadora y obrera y campesina si hubiese una fuerza moral aglutinante de esa insatisfacción.

Así que el Capitalismo no sólo concentra riqueza y acumula capital en pocas manos, explotando al ser humano trabajador, sino que utiliza, aprovecha, dispone a su antojo, medra y depreda los Recursos Naturales del Planeta sin compensación alguna adecuada para las naciones del mundo. Claro que paga por servicios públicos evidentes, conocidos y básicos como Agua, Electricidad, Energía, Gas y algún otro igualmente medible y, por ello, cuantificable. Pero, ¿paga por los otros recursos casi intangibles y en todo caso no cuantificables ni cobrables a empresas industriales, comerciales y de servicios? ¿Compensa a la Región, a la Nación o al Planeta el sector productivo capitalista por el uso y abuso del Aire, del Agua libre, de la energía disponible por fuera de la que es susceptible de cobro, por el daño y deterioro del Medio Ambiente en el cual actúa y fabrica o transforma sus productos para comercializarlos y obtener utilidades o sea Plusvalía con respecto al esfuerzo del ser humano y al deterioro del Planeta? NO. Esa es la respuesta: NO.

Por otra parte, ¿no son acaso subsidiados servicios públicos como acueducto, alcantarillado, energía eléctrica, combustibles, salud, educación, transporte, vías de comunicación (el peaje en Ecuador es absurda y ridículamente barato, otra razón para el crecimiento del parque automotor privado), etc?

Entonces, si una persona o una familia han levantado una empresa boyante o un conglomerado industrial o comercial altamente rentable, NO SÓLO CON SU ESFUERZO SINO TAMBIÉN CON LA PARTICIPACIÓN MAL PAGADA POR LO GENERAL DE SUS TRABAJADORES Y EL USO SIN RESTRICCIONES DE LOS RECURSOS DEL PLANETA, recursos que en su mayoría no le son cobrados por imposibilidad de cuantificarlos (se usa la energía del sol, del agua, del viento; se usa el clima sea invierno o verano en beneficio de la Producción; se usan los elementos químicos de la tierra sin restricciones; se usan los productos naturales de la naturaleza, botánica y zoología), esa persona, familia o conglomerado empresarial, debe resarcir a la nación y al planeta por el uso y abuso de esos recursos que le han servido como factores de enriquecimiento y acumulación de capital.

Es decir, si TODAS LAS EMPRESAS CAPITALISTAS RECIBEN DE LA NACIÓN O DEL PAÍS BENEFICIOS SUSTANCIALES QUE NO LES SON COBRADOS Y DE CUYA EXTRACCIÓN Y USO NO RETRIBUYEN, ¿es injusto y “comunista” gravar las herencias? Si muchas veces los herederos no sólo no han contribuido en nada a esa creación de riqueza sino que apenas las han disfrutado sin trabajar, ESPERANDO A QUE SE MUERA EL VIEJO PARA HEREDAR LAS EMPRESAS, ¿en injusto que se grave esa herencia inmerecida o merecida sólo en parte? ¿Si esa creación de riqueza para esa persona o esa familia ha sido posible en gran parte por el uso y abuso de la riqueza natural de la nación y de sus recursos naturales NACIONALES, NO PRIVADOS, ¿no es justo que se devuelva a ella una parte al menos de esa riqueza en beneficio incluso de quienes han sido factor de producción mal pagado o recurso natural destruido?

Como dije arriba, sólo inquietudes…

miércoles, 4 de febrero de 2015

¿Quiénes ganaron la Segunda Guerra Mundial?

Encontré esta información en la red. La comparto, pero antes:
Si alguien tiene una duda de lo que significa la influencia del cine y la televisión en la mentalidad de las personas y en su percepción de la historia y de la realidad, sólo hay que mirar esta infografía sobre qué país contribuyó más a la derrota de los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Durante los años cercanos a la terminación del conflicto y sobre todo al concluir, sin duda la percepción es la históricamente correcta. Fue la URSS con su Ejército Rojo y sus millones de víctimas civiles ante la ofensiva alemana hacia su territorio, la nación que disminuyó hasta doblegar las fuerzas alemanas y reducirlas al mínimo para que luego los aliados occidentales terminaran el trabajo. Ni siquiera Eisenhower o Patton pudieron negar esa realidad y tuvieron que ceder en la conquista de Berlín el derecho de ocupar la ciudad primero al Ejército Rojo de Georgi Zhukov, vencedor en la última batalla contra el ejército del Fürher.
EEUU entró en guerra dos años después a raíz del ataque japonés a Pearl Harbor. Y jamás sufrió la guerra en su territorio continental. Es decir, es el único país involucrado en esa guerra que no tuvo víctimas civiles. Como tampoco en la Primera. Ni en las guerras de Corea o Vietnam. Ni en Irak, Afganistán ni en ninguna parte donde hayan combatido sus marines, ha sufrido su territorio. Siempre han GANADO SUS GUERRAS, Y LAS HAN PERDIDO, CLARO, CUANDO LAS PELEAN SOLOS, EN PATIO AJENO Y CON MUERTOS CIVILES AJENOS. Que, por cierto, jamás les han importado. Han sido, son y seguirán siendo, INEVITABLES DAÑOS COLATERALES.
Después, en los años cincuentas y posteriores, el cine y las teleseries de guerra, en que los soldados norteamericanos siempre eran los héroes, ignorando por supuesto la participación de la URSS en el conflicto puesto que ya la Unión Soviética era EL ENEMIGO DE LA CIVILIZACION CRISTIANA OCCIDENTAL, empezaron a calar en la mente del público. Y la presencia del Ejército Rojo cayó en el silencio mientras se consolidaba el heroísmo y la valentía de los soldados gringos. ¿Alguien veía en esos tiempos filmes soviéticos sobre la guerra? Nadie en occidente. Las pantallas estuvieron siempre copadas por el cine bélico de Hollywood y sus estrellas más famosas y reconocidas mundialmente.
Como se observa en el gráfico, la participación de Inglaterra sube un poco, al fin y al cabo son los abuelos de los norteamericanos, pero la de la URSS baja en la medida en que la bandera de las barras y las estrellas sube hasta superarla con creces. ¿Verdad histórica? No. Verdad construida por la propaganda cinematográfica y televisiva de los EE UU.
¿No es así en todo? Sería bueno estudiar y analizar los avances científicos. Podría ser que los generadores de ciencia y tecnología no hayan nacido todos alrededor de Central Park. Einstein, Von Braun, Tesla, Lamar, Ferri, Marconi, para no hablar de artistas, actrices, filósofos y pensadores foráneos que pusieron las bases de su cultura importante (hay que reconocer que las hamburguesas, el hot dog, el blue jean y la coca cola sí son productos made in usa totalmente. Pero hasta la bomba atómica fue producto alemán), etc., fueron casi todos genios llegados de MÁS ALLÁ, del Este, del Oeste y del Sur, en busca del sueño americano, de la Tierra de Guantánamo, perdón, de la Estatua de la Libertad.
Nunca he podido entender cómo una nación que le debe al resto del mundo la mayor parte de su historia científica, artística, intelectual y creativa, tenga de parte de sus clases dirigentes políticas tanto desprecio por ESE resto del Mundo.
Comparto el link con la Infografía mencionada.

martes, 3 de febrero de 2015

De soberbias y remedios

Testigo curioso desde hace casi siete décadas del acontecer mundial, sobre todo en los últimos años en que la globalización de las comunicaciones, la radio y la televisión en vivo y en directo desde casi cualquier rincón de la tierra, más las actuales redes sociales que han acercado distancias hasta volver familiares a los antípodas, no es difícil analizar, si se tienen las herramientas de entendimiento e interpretación de esa realidad, es decir, la posibilidad de conocerla y la capacidad cultural de comprenderla, el espectro geopolítico y económico del mundo actual. Y la conclusión que me permito extraer es que estamos en manos de la Soberbia.

Estamos en manos de la Soberbia imperialista, económica y militar de los EE UU, con seguridad la peor y más dañina de todas porque concentra el verdadero poder: el poder del dinero y de las armas de destrucción masiva, es decir, es la soberbia de la desigualdad, de la avaricia y del Terror.

Pero hay otras que conspiran para hacer del mundo un infierno de amenazas y de miseria tanto económica como ética, intelectual y mental. Estamos sujetos a la Soberbia intelectual de Francia, muy bien representada por los “periodistas” de humor de Charlie Hebdo, para quienes no hay límites en su desprecio por todo lo que no esté de acuerdo con su interpretación particular de la vida y de la realidad. Diría que son la exégesis del pensamiento volteriano, convertido en arma de agresión intelectual, no de crítica a su sociedad como proponía el filósofo parisino; en manos de la soberbia política inglesa, que moribunda y todo aún pretende imponer al planeta, por intermedio de su hijo más aplicado y cómplice de sus pataleos históricos, su concepto de Democracia elitista y excluyente; en manos de la Soberbia expansionista alemana, que pretende ampliar de nuevo su Espacio Vital a caballo de la OTAN, el brazo armado de la geopolítica occidental; en  manos de la Soberbia religiosa española, cuya extrema derecha sigue queriendo catequizar al mundo imponiéndole sus códigos moralistas caducos, alejados de la realidad; en manos de la soberbia sionista que mantiene su espuria pretensión de pueblo elegido que puede y tiene derecho a esclavizar y martirizar a las tribus vecinas que su dios les entregó para su explotación y disfrute.

En fin, estamos en manos de la Soberbia del Poder en sus distintas formas y manifestaciones, todas ellas dirigidas al único objetivo de dominación, explotación y control de los recursos del planeta, que son de la humanidad toda y no de sus accionistas mayoritarios, que son paradójicamente minoritarios.

¿Cómo enfrentar esa soberbia con posibilidades de triunfo sobre la degradación y la codicia? Creo que la semilla germina en el mundo subdesarrollado, sobre todo en América Latina, mundo cansado de la explotación, de la esclavitud, de la miseria impuesta por el poder colonial, económico y tecnológico. Aquí estamos cultivando una planta a la que tendríamos que abonar con persistencia y resistencia, y con valor para que crezca. Y no para que se imponga como una soberbia más, sino para que se ponga de pie, en igualdad de condiciones, frente a la soberbia del norte, con la única arma válida para que valga la pena hacer de este un mundo mejor para todos. Incluso para los soberbios que lo quieren destruir: la dignidad humana, que está por encima de la soberbia política, económica, religiosa, militar e ideológica.

Porque, tal como están las cosas, si no imponemos nosotros la dignidad humana a la soberbia imperialista, otras soberbias nos pueden agarrar con los calzones abajo: la soberbia de Oriente, por ejemplo, que tiene muchos años dormida y se está despertando.


Será dura tarea porque adentro tenemos enemigos que forman filas ante la Soberbia occidental, pues piensan que la Dignidad no es higiénica. Pero hay que hacerla. Alguien tiene que hacerla.

sábado, 17 de enero de 2015

De cómo nunca he podido ver a Les Luthiers…

Sabía del Conjunto de ¿cantores, humoristas, músicos? argentino Les Luthiers, desde antes de llegar a Ecuador. Algo había escuchado en Colombia hace casi medio siglo. No a ellos; de ellos. Alguna vez se presentaron en Cali, pero yo en ese entonces trabajaba en un banco: o sea, no pude ir a verlos porque la entrada costaba casi lo que ganaba en un mes. Todavía no era Ejecutivo...
Así que supe de ellos: leí las reseñas al día siguiente, en los diarios.
La segunda vez que supe de ellos, me metí con ellos. Ya estaba en Ecuador y ya había renunciado a ser Ejecutivo. No tenía madera: odiaba la corbata, me gustaba la literatura, escribía crónicas, me emocionaban los atardeceres, pensaba que el dinero no es lo único importante; en fin, no tenía madera. No tengo. Pero tenía en Colombia un amigo que tenía unos amigos que se llamaban Les Luthuiers. Y tenía en Ecuador otro amigo que tenía una empresa que podía auspiciar la traída de Les Luthiers, que iban de gira para Bogotá. O sea, donde estaba mi amigo que era su amigo. De Les Luthiers.
El amigo que era su amigo (de Les Luthiers), era Daniel Samper Pizano, que también, creo, lo conocen ustedes. Escribía para el diario HOY y para una importante revista de por estos lados, que tiene parte en la historia. Bueno, el asunto es que a mi amigo de la empresa esta que podía, en fin, ya saben:  ¡traer a Les Luthiers!, le dije que yo podía, ¡ejem!, contactar a Les Luthiers por conducto de mi otro amigo que, ya saben: ¡era amigo de Les Luthiers! Y una o dos veces acompañante en el escenario. Y hasta biógrafo… Me dijo que lo hiciera, de modo que lo hice: contacté a mi amigo que era amigo de, ya saben, y le dije que mi amigo empresario, que también era su amigo, por culpa del fútbol no de Les Luthiers, quería ver la posibilidad de que vinieran a Quito y que quizás él podía mencionarles el asunto de desviarse un par de días de regreso a Buenos Aires. Y Les Luthiers dijeron ¡sí! más rápido que el Vals del Segundo. Y entonces vinieron.
Eso fue hace unos 30 años. ¿O más? No me acuerdo. En todo caso la empresa aquella los auspició, los trajo, los puso a tocar y a cantar en el Teatro Bolívar. Y yo me preparé para escucharlos. A ellos, a Les Luthiers. Y aunque ya no trabajaba en un banco, tampoco era Ejecutivo. ¿Se acuerdan?: no tengo madera... De modo que la entrada ¿cómo dije? Pues igual: costaba casi mis ingresos de un mes, de modo que tampoco. Yo pensé que como Les Luthiers habían venido porque yo era amigo de un amigo de ellos que los había comprometido para venir a Quito, ¡zaz!, estaba invitado.
Leí las reseñas en los diarios, al día siguiente.
Hoy sigo trabajando, aunque todavía no de ejecutivo sino de intelectual o sea de albañil de palabras, de modo que, aprovechando que vienen de nuevo Les Luthiers, por tercera vez, a Quito, me estoy preparando…
Mañana madrugaré a leer las reseñas en los diarios.


Hoy, unos diez años luego de esa Tercera Vez, puedo decir: las leí…

lunes, 12 de enero de 2015

De libertades y fascismos…

El Fascismo español, así como el francés y el alemán y el italiano y el inglés, porque en todos lados se cuecen habas, es lo que me pone a dudar de si aquí estamos en verdad defendiendo la verdadera libertad de pensar y de decir lo que sea y lo que se nos antoje, o, quizá sin saberlo y con el hermoso propósito de la defensa de la Libertad de Expresión, estamos defendiendo la pureza de las razas europeas, blancas y arias y vascas y sajonas y bávaras y vikingas, etc., que quieren a la vieja y maquillada Europa libre de los oscuros descendientes de los pueblos que conquistaron, masacraron, explotaron y humillaron por siglos, y ni siquiera les untaron su civilización democrática sino que los dejaron "libres" para que se mataran entre ellos en su primitiva barbarie.

Hoy son los moros y los beduinos de Alá y de Mahoma los que huelen a bosta, no importa el dios en el que crean; mañana les oleremos a feo –ya olemos a feo hace centurias, pero se han aguantado el olor a cambio de oro, plata, esmeraldas, maíz, papas y petróleo–, los indígenas de la Pachamama y Quetzalcoatl.

Porque en resumidas cuentas, no es la Libertad de Expresión y mucho menos otra, mucho más valiosa e importante, la libertad de pensamiento, porque hablar piedras cualquiera puede si tiene los medios o tiene lengua larga, lo que está en juego: es el derecho humano, ese sí inalienable, de trabajar, movilizarse, vivir donde se quiera vivir sin que nadie se tape la nariz. Todos venimos de esos 120 aventureros que salieron del Valle del Rift y se desperdigaron por el planeta evolucionando hacia estaturas, colores de piel, maneras de pensar y de hablar diferentes. Y eso es lo que está en juego y lo que se sacrifica o se reivindica con el trágico suceso de París, según como se analice y se dilucide: el derecho a vivir en donde sea y a trabajar o a mirar a los cerros de Ubeda.

Charlie Hebdo y sus excesos, es lo de menos. Lo de más es que ello fue originado con un propósito que ya parece bastante claro: blanquear de nuevo a Europa (no sé si hasta regresar a los buenos tiempos bárbaros en los que los blancos de allá se mataban a piedrazos, poco antes de que llegaran los arios del valle del Indo para poder matarse a cañonazos), y asegurarse manu militari de los negros yacimientos de oriente hoy y de América Latina mañana, junto con los del ocre cobre, el explosivo uranio y el indefinible litio, que serán la riqueza de mañana, y que les permitirán salir de sus crisis y volver a ejercer el dominio mundial que les ha sido escriturado por su dios de larga y luenga barba y ojos azules.

Eso es lo que se juega: y ya debe de haber nacido o estarse educando en algún aristocrático y venerable claustro europeo o en un moderno campus de la Ligue, el líder que hará ese trabajito con prisa y sin pausa, aunque para ello tenga que abrir de nuevo ciertos hornos crematorios o pulsar un par de botoncitos que dejen salir el hongo de Hiroshima y Nagasaki. Sólo que los hornos y los botones ya no serán contra los hijos de Abraham, hoy sí de verdad dueños del planeta como pueblo elegido que son, sino contra negros y cetrinos que les ensucian el piso en la venerable y entumecida Europa y en la aséptica y tecnológica “América”. No la del Río Grande a la Tierra del Fuego sino la de Alaska a Texas, o sea la descendiente de los pilgrims del Cutty Shark y del Mayflower. El resto del mundo, es prescindible: lo debe de decir entrelíneas o lo dice claramente, no estoy seguro, el Manifiesto del Club Bildelberg, que alguna vela tiene en este entierro parisino…

miércoles, 7 de enero de 2015

¿Es EEUU un paradigma de justicia y democracia?

Uno se pregunta por qué el pueblo norteamericano (estadounidense es muy largo. Ese país debería tener nombre. ¿Estados Unidos? ¿Eso que es? Hay Estados Unidos del Brazil, Estados Unidos de México, pero ¿Estados Unidos…? Eso no es un nombre sino una elipsis… en fin, sigo), sobre todo el gringo, porque el perrito faldero, Canadá, es algo distinto, por qué ese pueblo tan fanáticamente cristiano y creyente que el 66% todavía asegura que el mundo lo hizo dios en 6 días, es tan tolerante con el crimen (si el arte refleja la realidad, sólo miren sus maravillosas series y filmes de violencia y de crimen: NCIS, CSI, Criminal Minds, Unforgetable, Helix, etc.) y con la violencia que ejercen sus ciudadanos puertas adentro y sus marines puertas afuera. Y sucede que ellos mismos tienen la explicación. Lo vio claramente Noam Chomsky en un libro de 1969, que estoy releyendo y aconsejo leer… o releer. La Responsabilidad de los intelectuales (Ediciones Ariel, 1969). Es una serie de ensayos, el primero de los cuales le da nombre al libro, que tiene otros referidos a esa manía gringa (de sus clases dirigentes pero aplaudida y apoyada por su pueblo) de entrar en guerra con todo país que se atreva a mirarlos a los ojos. En la Introducción a su libro, dice Chomsky lo siguiente, previendo como buen intelectual el futuro de los videojuegos. Cito:

“¿Qué decir de un país en el que un museo científico de una gran ciudad (el Museo de la Ciencia y de la Industria de Chicago) puede anunciar una exposición en la que la gente dispara ametralladoras desde un helicóptero contra chozas vietnamitas (estaba en su apogeo la Guerra de Vietnam en la administración Johnson), con una luz que se enciende cuando se da en el blanco? ¿Qué decir de un país donde pueda ocurrirse siquiera una idea semejante? Hay que llorar por ese país.
“Este y otros mil ejemplos dan prueba de una degeneración moral a una escala tal que hablar de los “conductos normales” de acción política y de protesta se convierte en algo hipócrita o carente de sentido. Tenemos que preguntarnos a nosotros mismos si lo que necesitan los EEUU es el disentimiento o la desnazificación. (…) A mi me parece que lo necesario es una desnazificación. Es más: no hay ninguna fuerza exterior poderosa que pueda llamarnos a capítulo; el cambio tiene que producirse desde dentro”. Hasta aquí, Chomsky.

         Agrego yo que el pedido de Chomsky se ha cumplido en estos 45 años desde cuando se publicó el libro, pero al revés: la nazificación se ha incrementado. La tolerancia e incluso al apego al crimen y a la violencia de parte de sus ciudadanos al interior y de sus clases dirigentes hacia el exterior, ha aumentado a niveles de terror. Y todo ello aupado por una industria del entretenimiento que ha insensibilizado a la ciudadanía gringa frente a la violencia que ejecutan sus ciudadanos dentro y sus dirigentes afuera: la proliferación de video juegos en los que un niño cualquiera desde los 3 años frente a una pantalla asesina al viandante desprevenido, al islamista, al árabe, al latino, al negro, al extranjero en suma, ha creado no sólo una total indiferencia ante la muerte que causan sus semejantes y sus fuerzas “especiales”, sino incluso una emulación del crimen y de la violencia. El Marine es un paradigma. El político desalmado que habla de lanzar una bomba atómica sobre Medellín (como un alcalde de Nueva York o de Washington, ya no recuerdo) o sobre Damasco o sobre Teherán o sobre Caracas, es un posible candidato a la Presidencia. El francotirador es un héroe. El Policía abusivo es defendido por la Ley, aupado por la sociedad que se cree defendida por ese abusivo que mañana las emprenderá contra ella, declarado impune por una justicia que es más un aparato de represión y de violencia que un freno contra el delito.


         ¿De verdad creemos, o creen muchos, demasiados, que ese país sin nombre que se llama Estados Unidos, es un paradigma de Democracia, de Ética, de Moral, de Justicia, de Paz, de Respeto por la Humanidad y por el Planeta? ¿De verdad se lo creen? Es posible… los videojuegos pueden logar que seamos cómplices de cualquier aberración perversa que salga de los estudios de grabación de, sí, de los Estados Unidos de… de lo que sea… de Death, pro ejemplo. O de Japón porque, ¿han visto un mejor alumno? Juegan beisbol mejor que los gringos, hacen un jazz superior, están construyendo portaviones y submarinos y misiles, y, si no la tienen, ya mismo su padrino les provee la tecnología necesaria, la bomba atómica. Sobre todo ahora cuando el vecino, China, es de nuevo el ENEMIGO.