miércoles, 7 de enero de 2015

¿Es EEUU un paradigma de justicia y democracia?

Uno se pregunta por qué el pueblo norteamericano (estadounidense es muy largo. Ese país debería tener nombre. ¿Estados Unidos? ¿Eso que es? Hay Estados Unidos del Brazil, Estados Unidos de México, pero ¿Estados Unidos…? Eso no es un nombre sino una elipsis… en fin, sigo), sobre todo el gringo, porque el perrito faldero, Canadá, es algo distinto, por qué ese pueblo tan fanáticamente cristiano y creyente que el 66% todavía asegura que el mundo lo hizo dios en 6 días, es tan tolerante con el crimen (si el arte refleja la realidad, sólo miren sus maravillosas series y filmes de violencia y de crimen: NCIS, CSI, Criminal Minds, Unforgetable, Helix, etc.) y con la violencia que ejercen sus ciudadanos puertas adentro y sus marines puertas afuera. Y sucede que ellos mismos tienen la explicación. Lo vio claramente Noam Chomsky en un libro de 1969, que estoy releyendo y aconsejo leer… o releer. La Responsabilidad de los intelectuales (Ediciones Ariel, 1969). Es una serie de ensayos, el primero de los cuales le da nombre al libro, que tiene otros referidos a esa manía gringa (de sus clases dirigentes pero aplaudida y apoyada por su pueblo) de entrar en guerra con todo país que se atreva a mirarlos a los ojos. En la Introducción a su libro, dice Chomsky lo siguiente, previendo como buen intelectual el futuro de los videojuegos. Cito:

“¿Qué decir de un país en el que un museo científico de una gran ciudad (el Museo de la Ciencia y de la Industria de Chicago) puede anunciar una exposición en la que la gente dispara ametralladoras desde un helicóptero contra chozas vietnamitas (estaba en su apogeo la Guerra de Vietnam en la administración Johnson), con una luz que se enciende cuando se da en el blanco? ¿Qué decir de un país donde pueda ocurrirse siquiera una idea semejante? Hay que llorar por ese país.
“Este y otros mil ejemplos dan prueba de una degeneración moral a una escala tal que hablar de los “conductos normales” de acción política y de protesta se convierte en algo hipócrita o carente de sentido. Tenemos que preguntarnos a nosotros mismos si lo que necesitan los EEUU es el disentimiento o la desnazificación. (…) A mi me parece que lo necesario es una desnazificación. Es más: no hay ninguna fuerza exterior poderosa que pueda llamarnos a capítulo; el cambio tiene que producirse desde dentro”. Hasta aquí, Chomsky.

         Agrego yo que el pedido de Chomsky se ha cumplido en estos 45 años desde cuando se publicó el libro, pero al revés: la nazificación se ha incrementado. La tolerancia e incluso al apego al crimen y a la violencia de parte de sus ciudadanos al interior y de sus clases dirigentes hacia el exterior, ha aumentado a niveles de terror. Y todo ello aupado por una industria del entretenimiento que ha insensibilizado a la ciudadanía gringa frente a la violencia que ejecutan sus ciudadanos dentro y sus dirigentes afuera: la proliferación de video juegos en los que un niño cualquiera desde los 3 años frente a una pantalla asesina al viandante desprevenido, al islamista, al árabe, al latino, al negro, al extranjero en suma, ha creado no sólo una total indiferencia ante la muerte que causan sus semejantes y sus fuerzas “especiales”, sino incluso una emulación del crimen y de la violencia. El Marine es un paradigma. El político desalmado que habla de lanzar una bomba atómica sobre Medellín (como un alcalde de Nueva York o de Washington, ya no recuerdo) o sobre Damasco o sobre Teherán o sobre Caracas, es un posible candidato a la Presidencia. El francotirador es un héroe. El Policía abusivo es defendido por la Ley, aupado por la sociedad que se cree defendida por ese abusivo que mañana las emprenderá contra ella, declarado impune por una justicia que es más un aparato de represión y de violencia que un freno contra el delito.


         ¿De verdad creemos, o creen muchos, demasiados, que ese país sin nombre que se llama Estados Unidos, es un paradigma de Democracia, de Ética, de Moral, de Justicia, de Paz, de Respeto por la Humanidad y por el Planeta? ¿De verdad se lo creen? Es posible… los videojuegos pueden logar que seamos cómplices de cualquier aberración perversa que salga de los estudios de grabación de, sí, de los Estados Unidos de… de lo que sea… de Death, pro ejemplo. O de Japón porque, ¿han visto un mejor alumno? Juegan beisbol mejor que los gringos, hacen un jazz superior, están construyendo portaviones y submarinos y misiles, y, si no la tienen, ya mismo su padrino les provee la tecnología necesaria, la bomba atómica. Sobre todo ahora cuando el vecino, China, es de nuevo el ENEMIGO.

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