Decir que Argentina y
Colombia juegan parecido es casi, casi, una redundancia. Son la maestra y su
mejor alumna. Y el éxito del maestro se mide por la superación del alumno. El 5
x 0 fue una muestra de esa buena enseñanza y de ese buen aprovechamiento.
Aunque el resultado haya sido el “peor” para Colombia porque nos hizo creer que
“ya habíamos llegado”. Pero Hagui nos dijo en USA/94: Todavía no. Y el equipo
asimiló y digirió ese triunfo en Núñez, al amparo de la derrota en ese Mundial.
Y aprendimos la lección: o la estamos aprendiendo.
Pero que juegan parecido, es cosa de mirarlos a ambos. Un
planteo que se fundamenta en cuatro o cinco excelentes individualidades, con
gran riqueza técnica en casi todos los jugadores, con tradicionalmente buenos
arqueros (creo que con Argentina, Colombia es el país que mejores arqueros ha
producido), con ganas de jugar bien y de proponer en la cancha, con jugadores
que se rotan de izquierda a derecha sin problemas (Di María, zurdo, hizo el gol
a Suiza por la derecha), con un Centre half (centro medio casi a la antigua,
que quita y reparte: Mascherano, Gago, Maxi Rodríguez; Quintero, Ibarbo o
Aguilar. Con cierta indolencia táctica que tal vez nace de la sabiduría y el
talento para jugar…
A
lo anterior se agrega en ambos un cuarteto delantero que bien puede merecer en
uno y otro el calificativo que les dio Martín Caparrós a los suyos: los 4 Magníficos:
Di María, Kun Agüero, Higuaín y Messi. Y eso que falta Tévez. Y los 4 fantásticos,
digo yo, de Colombia: Cuadrado, Marín, Gutiérrez, James Rodríguez. Y eso que
falta Falcao. Los dos con un jugador especial, Messi, un genio con la pelota en
los pies; James, un crack casi igual pero más joven. En fin, ambos jugadores
con un sentido del juego que ve todas las alternativas y las posibilidades
propias y de los compañeros y, sobre todo, algo no muy común: cuando tienen la
pelota, saben qué hacer con ella. Como los grandes: Pedernera, Maradona, Distéfano,
Valderrama, Pelé, Patini, Cryuff, Didí, Zico, Sivori, Riquelme, Hagui, Iniesta… La
historia está ahí…
¿Qué falta defensa? Si, es posible. Los grandes equipos y
las mejores selecciones, de la mano de los más sabios entrenadores, se inclinan
por privilegiar el ataque. Las defensas se van ajustando de a poco a la medida
de las necesidades. A ratos con un grande ahí, es suficiente para contagiar a
los menos dotados: Mascherano en Argentina, Mario Alberto Yépez en Colombia.
Igual hacía el Brasil inolvidable de México 70: mal arquero, defensa mediocre,
pero del medio hacia arriba eran mortales. Tal vez haya habido sólo unos
cuantos equipos que se podrían llamar completos: Los Carasucias de Argentina en
Lima 57; el Real Madrid de los años 50; El Mánchester United de hace 10 años;
el River Plate de los años 40; el Independiente de Pastoriza, el Rey de Copas,
la Naranja Mecánica; el Barcelona de ayer. En fin. Pocos.
Cuando
un plantel superpone la defensa a la ofensiva, se producen esas tristuras del
fútbol, aunque grandes y con resultados, que es el fin penúltimo (el ultimo es
jugar bien), pero que no duran mucho porque aburren al aficionado: la Italia
del Catttenaccio y de Helenio Herrera; el Estudiantes de Zubeldia pero más el
de Bilardo; la Alemania del 54 que venció a uno de los mejores de la historia, la Hungría de Puskas y Grocsiz y Kubala…
Pero ese fútbol no gusta a la gente, que prefiere el buen juego. El de los que
saben.
Como,
en este mundial Brasil 2014, Argentina, Colombia y Holanda… Ahí está la corona
del año… Cualquiera otro campeón, sería una injusticia. Pero, ¿quién ha dicho
que en el fútbol y en la vida hay justicia? Hay resultados…
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